Fisión

    Nos movemos con el tiempo, el tiempo nos desplaza, nos endurece, nos estremece y nos ablanda ciclicamente hasta consumir el jugo que viene junto a la inocencia. El tiempo nos modifica y manipula con ello y sospecho que su único propósito es convertirnos en desechos...
El secreto, creo, es entender que el tiempo no es el mismo ni uno solo para todos y aunque le pertenezcamos enteramente lo hacemos por separado. Cada ser constituye en el tiempo como espacio, un espacio, un espacio que se agranda y achica cíclica y progresivamente (a veces) y lleva consigo la idea o imagen que tiene del tiempo y aunque no pueda hacer nada con ella tiene la capacidad de recordarla. Y cuando uno sabe que recuerda efectivamente posee un arma que también es necesario saber utilizarla, pues de ahí se desprenden las ramas más fuertes que sostienen cada momento.
    No hay un rumbo definido, todos son rumores que pretenden explicar algo que nadie ni siquiera entiende enteramente.  Y así vamos desplazándonos  enlazandonos, escuchando (casi nunca lo suficiente) y tratando de descifrar inútilmente algo que posiblemente solo sabremos demasiado tarde. Pero está ahí, en algún lugar, ese hueco de esperanza que se presenta como una pequeña pero intensa luz que se cuela por un orificio que ni sabíamos que estaba ahí. Y siempre atardece.
 ¿Qué nos queda?
LA DUDA!- .Ella nos inundará y nos sacudirá cada vez que le sea posible pero nos mantendrá vivos.