No me castigues con la presencia inexorable de de la duda plantada en tus ojos, yo tampoco sé si sos lo que veo o si veo eso que queres mostrar... y se que no debo permitirme que ninguna letra de tu nombre me hostiguen el sueño y me castigue con insomnio, pero a veces, el arte de la teoría los locos no aplicamos a la práctica.
Concluyo y me incluyo en la lista de esos que poseen en su sangre la inevitable esencia del masoquismo consciente y abrumador, pero no me encuentro entre los que prefieren no pensar alguna cosa... y pienso... El ser humano nace solo y morirá solo, y es quizás esta su única indubitable esencia (esto es un hecho)sin referirme al deseo, a ese que viene incluso después del placer, el sabor implacable que queda después de probar algo que nos agrada demasiado. Es ahí cuando caemos en la cuenta de que seguiremos cometiendo posiblemente los mismos errores, es en vano, uno no puede escaparse de su propia naturaleza, y es parte de la misma la absoluta condición de retornar, contradecir, y arriesgar.