Miguitas de pan en el piso.

Podemos decir que no existe la felicidad permanente, sino momentos de felicidad, o situaciones que te hacen feliz. Pero si hablamos de extrañar doy fe que es permanente, no se deja de extrañar ni aunque se este durmiendo. Extrañar sin duda desgarra las entrañas sobre todo si se sabe que ese sentir no puede ser saciado pronto. Yo estoy mas que segura que se puede penetrar cualquier barrera y atravezar cualquier frontera con la mente, pero es diferente cuando las necesitades son fisicas, es decir, de contarcto. Como un buen abrazo. Algunas veces la ausencia fisica supera a la espiritual, es inevitable. Hay problemas, para que llamarlos problemas, cuestiones, que se presentan a menudo donde la mente se vuelve suceptible para viajar y es dificil resolver. Tambien, uno algunas veces necesita ayuda y no puede ayudarte cualquiera, hace poco descubri que a algunas personas puede molestarles que les pidas ayuda para localizar a otras, nunca nos ponemos en el lugar del otro.

Otro problema es que tu naturaleza te indique ayudar, y tengo bien en claro que aunque muchas veces sean ayudas “fisicas”, para las cuales uno queda totalmente inhabilitado cuando hay un kilometraje prudente entre dos personas. El problema tambien radica cuando al ayudar a alguien no podes brindar mas que palabras que salgan sinceramente de tu interior, ya que es muy diferente mirar a los ojos a una persona, tomarla de las manos o darle unas palmaditas y un abrazo, que decirle lo que pensas por facebook, en el cual tenes que resumir la mitad de tus textos, no sabes como le llega al otro la informacion, etc.

Por supuesto que algunas veces me pone mal, aunque no me desaparezca por un anio porque trato de estar lo mas presente posible para las personas que puedan “necesitarme”, mi ausencia fisica, abrazistica, esta. Tambien se que extraniar es una de las cosas mas lindas que se pueden sentir por otras personas y estoy orgullosa de sentirlo permanente, porque se que es un crecimiento interior. Ademas, yo lo elegi asi.